Capital Intervención / Intervention Capital

(2015)

 

Capital Intervención: Instalación participativa y fotografías. Exposición individual en la Sala Luis Miró Quesada Garland, Lima.

Los planos de Lima fueron pintados a mano de color blanco, sobre una superficie pintada con pintura de pizarra negra, de modo que el primer ambiente de la sala se convirtió en una pizarra gigante.En la sala había una mesa con papeles (post it) a disposición del público, cuyos colores correspondían a una leyenda para ser usada de guía si los asistentes a la exposición decidían participa. La mesa tendía sillas para quienes deseen tomarse su tiempo en escribir, así como banquitos y escaleras para acceder a las partes altas de los mapas y poder ubicar sus papeles.Cada papelito debía ser llenado y colocado en la calle o zona correspondiente al lugar que se relacione con la respuesta a la pregunta que se puede leer en la leyenda. Las preguntas fueron:

1. Un lugar donde hayas tenido una experiencia emancipadora o de libertad.

2. Un lugar donde hayas visto algo que te confundió profundamente.

3. Un lugar donde hayas padecido o hayas sido testio de una injusticia

4. Un lugar donde te has sentido plenamete cómodo manifestando tu amor.

5. Un lugar donde experimentes nerviosismo o emoción al caminar.

6. Un lugar que te hace pensar en el pasado.

7. Un lugar donde debería haber un monumento que no existe (y cómo debería ser)

8. Un lugar que te hace imaginarte y preguntarte sobre el futuro.

El espacio fue transformándose con el paso de los días, posibilitando la aparición de micro relatos que permitían relacionar en distintos niveles experiencias íntimas y personales con lo colectivo, lo público y lo social, transformando la sala en un espacio de reflexión y conversación sobre la ciudad. Así, se invitaba a los espectadores a plantearse preguntas sobre sus vínculos con el contexto: la posibilidad de sentir pertenencia y de sentirlo propio, de pensar en cómo los usos que hacen de él lo constituyen. Y en cómo sus temores y deseos alimentan las diversas potencialidades de transformación de la ciudad.

Esta instalación estuvo en la sala 1, el espacio principal de la galería.

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Intervention Capital: Participatory installation and pictures. Solo show at Sala Luis Miró Quesada Garland, Lima, 2015.

An affective and subjective collective mapping of Lima, made with the participation of the visitors to the show at the Galería Luis Miró Quesada Garland. With the help of some friends, I draw a map of the city of Lima in the walls of the gallery, where later every visitor could paste a post it pointing a place that they relate to one (or all) of these questions:

1. A place where you had an emancipating or liberating experience.

2. A place where you saw something that confused you deeply.

3. A place where you suffered or witnessed an injustice.

4. A place where you felt totally comfortable expressing your love.

5. A place ehere you feel nervious or excited to walk by.

6. A place that makes you think about the past.

7. A place where there should be a monument that doesn´t exist (and how should it be)

8. A place that makes you imagine and wonder about the future.

The exhibition started “empty” and ended really full, showing interesting differences of the relation between visitors and different parts of the city.

Ocho respuestas que mañana pueden ser distintas

En la sala 2 exhibí una serie de imágenes compuestas por fotos y textos hechos por mi, respondiendo a las preguntas, de modo que pudieran motivar a los espectadores a responder las otras, permitiendo atisbar por qué considero importante plantearlas.

Eight answers that tomorrow could be different

In the next space of the gallery there were a series of pictures that I took in different places, with short texts that were my way of sharing my own answers to these questions with the visitors.


CAPITAL INTERVENCIÓN

Eliana Otta observa Lima y recoge algo de ella cuando el momento es propicio. Ella sabe cuándo. La dibuja, la fotografía, la graba con su videograbadora, y la edita y absorbe en la escritura desencadenada por su contacto con ella. Escribir como dibujar o filmar lleva a Eliana a visitar los recuerdos y sumirse en presentimientos, viajar de los conceptos a las acciones y a sopesar y cuestionar las abstenciones, hasta recalar de nuevo en el olvido de sí, tan solo aparente en su caso porque siempre están emergiendo perfiles del propio futuro como imágenes posibles. De las calles mutantes a los pendientes y pasivos del habitante, del trabajo rutinario o precario al placer íntimo o catártico arrancado al fin de semana, de los estertores de la sola conciencia a la frescura de un sentir solidario de raíz ciudadana, lo que Eliana procesa a través de su imaginario limeño es cómo un proyecto de vida puede tomar cuerpo como pensamiento y propuesta artística contemporáneos en tiempos de indiferencia, neutralidad y tibieza.

La artista camina Lima, vasta y multiforme, y dibuja en la planta urbana con sus pasos. Un recorrido no es para ella un deambular sino una investigación personal en la serie de contextos que da lugar a la sensibilidad y cabida a la personalidad. Enlaza su memoria de lo conocido a sus  descubrimientos recientes mientras verifica selectivamente qué locales, calles, plazas, barrios, parques, urbanizaciones, distritos, sigan respondiendo a sus nombres propios. Ella constata que lo que desaparece sin dejar rastro físico sigue ahí, encendiéndose y apagándose en uno mismo, por su textura en el texto sensible de los encuentros pasados. La trama es emotiva pero elude la nostalgia.

Eliana Otta no es la joven mujer artista alineada con una escena o una consigna. La extensión y amplitud de los contornos contextuales que surgen de su visión comprometida pueden resultar  inesperadas en el momento actual. No son expresivas de la soledad de la creación artística. Su práctica comprende una aventura en la que la autoafirmación, la cartografía vivencial y el catastro de lo real articulado por la imaginación se unen de manera idiosincrásica, no convencional, iluminados por un feminismo que aspira a construir un edificio para compartir, hecho de consciencia y aceptación de las diferentes experiencias que modelan lo colectivo desde la fragilidad y vulnerabilidad humanas. Sin miedo a formar parte de lo común y de la comunidad.

Lo personal es lo político y Eliana Otta sabe que hoy y siempre hay que estar dispuesto a asumirlo individualmente.

Jorge Villacorta, Lima, julio de 2015

(texto de sala)